Claves para entender el protocolo IPV6
Seguramente hayas oído hablar en los últimos días del protocolo IPv6, o lo que es lo mismo, un nuevo protocolo de Internet. ¿Y esto en qué me afecta a mí, te estarás preguntando? Prácticamente en nada. Seguirás navegando al igual que lo vienes haciendo hasta ahora, aunque con mayores posibilidades de conexión y desde distintos dispositivos. ¿Quieres saber cómo?
Hace algunos días entró en vigor el nuevo protocolo de Internet IPv6, que viene a sustituir al que ha estado vigente desde hace más de dos décadas, el IPv4. Aunque, como te habrás dado cuenta, tú no has notado ninguna diferencia a la hora de navegar por la Red. Entonces, ¿por qué este cambio? Muy sencillo: para evitar que Internet se “ahogue” debido al aumento de dispositivos desde los que nos conectamos diariamente a la red.
La explicación es la siguiente: hasta la fecha, el protocolo utilizado para navegar por la Red era IPv4, que al igual que el nuevo IPv6 asigna un número de identificación a cada dispositivo desde el que te conectas a Internet. Algo así, salvando las distancias, como un “matriculador” que marca cada coche que sale de fábrica. El rápido crecimiento del mercado de Smartphone y la aparición de nuevos dispositivos para conectarse a Internet, como las tabletas, ha ocasionado un considerable aumento de direcciones IP, que es la identificación que tiene todo dispositivo que se conecta a la Red. Y el IPv4 había llegado al límite de direcciones (¡y eso que estamos hablando de la nada despreciable suma de 4.924.967.296 direcciones diferentes de red!).
De ahí la aparición del nuevo protocolo, el IPv6, que admite más de 340 sextillones de direcciones distintas. Asimismo, dicho protocolo ofrece una mayor seguridad y soporte a los dispositivos desde los que te conectas diariamente a Internet, ya sea desde la Blackberry, el iPhone o una tableta. El principal problema que se presenta para los usuarios es la compatibilidad de los dispositivos conectados a una red que utilizan normalmente con este nuevo protocolo. Si no son compatibles, perderán funciones o no funcionarán correctamente.
En definitiva, más seguridad, mejor soporte y mayores posibilidades de navegación, ya que el nuevo protocolo permite alojar un mayor número de dispositivos que se conectan a la Red para navegar. Y para que este protocolo quede obsoleto aún quedan unos cuantos años por delante. ¿Cuántos? Quién sabe, las ciencias avanzan que es una barbaridad…
