Y tú ¿cómo cuidas el medio ambiente?
Hoy miércoles 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, uno de los principales vehículos utilizados por Naciones Unidas para fomentar la sensibilización mundial sobre el medio ambiente y promover la atención y acción política al respecto. Ahora, ¿y tú? ¿Qué puedes hacer para unirte a esta fecha y aportar tu granito de arena? Más cosas de las que crees…
Hay muchas formas de implicarte. En tu vida diaria, en tu trabajo, en tu día a día. Porque todos los días, más allá de este 5 de junio, deberían ser el Día del Medio Ambiente. Por ti y las próximas generaciones, que heredarán el mundo que les dejemos. Pequeños gestos que tú puedes realizar en tu casa. Cosas tan sencillas como apagar la televisión, el ordenador o cualquier electrodoméstico que no vayas a utilizar redundarán en un ahorro de energía; o aprovechar en todo momento la luz natural y utilizar de forma racional el agua. Y otro aspecto fundamental: si vas a cambiar de electrodomésticos o a reemplazar algún dispositivo electrónico asegúrate de que incorporen una etiqueta energética, de tal manera que de un solo vistazo puedas conocer su gasto de energía y así apostar por los más rentables y eficientes.
Eso en casa. ¿Y en la oficina? Porque también se puede ser respetuoso con el medio ambiente en nuestro trabajo diario siguiendo unas sencillas pautas. Allí donde las prácticas ecológicas no suelen estilarse, asimismo hay espacio para desplegar una pequeña conciencia que, a la larga, y a fuerza de repetirla, puede lograr importantes resultados. Un claro ejemplo es el papel que utilizas para imprimir. Gestos como su reciclaje, el uso de papel reciclado, utilizarlo por las dos caras –en formato dúplex– o simplemente utilizar como papel en sucio los documentos que pierden su valor una vez presentados. Y otro tanto ocurre con el reciclaje de los cartuchos de tinta y los tóneres de los equipos de impresión. Llevarlos a puntos limpios donde los traten de manera conveniente no es sólo un gesto; es toda una declaración de intenciones a la hora de cuidado el medio ambiente.
Pero la cosa no acaba ahí: gestos tan insignificantes como aprovechar recursos online que no precisen de consumibles físicos -suscribirse a facturas online en lugar de que lleven por envío postal-, apagar los monitores antes de marcharte a casa o instalar bombillas de bajo consumo o iluminación LED no sólo revierten de manera positiva en la factura de la luz de tu casa, empresa u oficina; también en tu conciencia. Porque, al fin y al cabo, tu conciencia es la que te mueve. Y cuanto más se dé cuenta de la importancia que tienen las cosas que nos rodean, mejor nos irá. A todos.
