Chica usando impresora 3D

Claves para la impresión que viene

¿Te imaginas que quieres diseñar una antena para tu coche con un programa 3D y cuando quieres obtener una prueba de impresión, lo que imprimes es… la antena que acabas de diseñar? Se trata de una nueva tecnología que comienza a aplicarse a gran escala.

No, no es una quimera ni tampoco el prototipo de un nuevo formato de impresión. De hecho, numerosas empresas ya lo utilizan: desde el diseño de calzado hasta la industria automovilística, pasando por el diseño industrial o la arquitectura. Algunos hablan de la impresión 3D como la siguiente revolución, capaz de acabar con los sistemas productivos tal y como los entendemos, o incluso de alterar los equilibrios entre los países más ricos y los que poseen mano de obra más barata. O lo que es lo mismo, no es estamos hablando de impresoras recién llegadas, sino que ya se utilizan desde hace más de una década.

Básicamente, las impresoras 3D se crearon para transformar archivos CAD en tres dimensiones en prototipos reales. Por eso, del mismo modo que una impresora convencional es capaz de imprimir una hoja de papel con los esquemas realizados en un programa CAD 2D, las 3D son capaces de dar cuerpo a los diseños en tres dimensiones.

Pero, ¿cuáles son las características de la impresión 3D? Aunque funciona de un modo similar a una impresora convencional, existen dos diferencias fundamentales:

  • Las impresoras 3D no imprimen con tinta, sino con resinas, metales o el material con el que se quiera construir el objeto a imprimir.
  • La bandeja de impresión baja una fracción de milímetro entre capa y capa. Es decir: se imprime una capa y la bandeja baja un nivel y se imprime una segunda capa encima. Posteriormente se vuelve a imprimir y al cabo de unas horas se obtiene un objeto con volumen.

Una tendencia de actualidad que está cada vez más presente en el trabajo del día a día. Una realidad que puede llegar a tu casa en cualquier momento.

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