Chica de pelo largo frente a ordenador

¿Un A3 en el trabajo? Claro que te interesa

Te habrás hecho esa pregunta en multitud de ocasiones, pero no crees necesario tener un equipo A3 en tu trabajo u oficina. ¿Estaré equivocado?, quizás vuelvas a preguntarte otra vez. Después de que conozcas todas las ventajas que te ofrecen dicho equipo en esos entornos, la respuesta es fácil: puede que sí.

Porque un A3 es algo más que ese armatoste que has visto en algunas ocasiones en ciertas oficinas, y al que, en la mayoría de los casos, nunca se le saca el provecho que puede ofrecer. Para empezar, ya no es ese cacharro de gran tamaño que estás imaginando, pues existen equipos no más grandes que un A4 y a unos precios más que interesantes.

Pero, por encima de todo, hay que conocer lo que son capaces de hacer los A3 para darse cuenta de lo aprovechables que pueden ser en cualquier entono profesional:

  • No estamos hablando sólo de un A3, sino que también aúna todas las funciones de un A4, con la comodidad que supone trabajar con dos formatos a la vez en un mismo equipo y aprovechar todas sus funciones (impresora, copiadora, escáner y fax).
  • El A3 no es exclusividad de profesiones especializadas de alto nivel, tales como decoradores, arquitectos, etc. ¿Cuántas veces has impreso una hoja de cálculo en un A4 y te has dejado los ojos para leerla? Prueba a hacerlo con un A3; verás qué diferencia.
  • ¿Sabes lo que puedes ahorrar en costes con un A3? Cartuchos XL de larga duración (similar a la de algunos consumibles láser), impresión a doble cara automática hasta en tamaño A3… Comprobarás en propia persona lo que es ahorrar de verdad en consumibles y en papel.
  • Velocidad de impresión equiparable a equipos láser (certificado por ISO).
  • Gran capacidad de papel. Algunos modelos te permiten almacenar hasta 500 hojas distribuidas en dos bandejas. Así, siempre tendrás los dos tipos de papel, A3 y A4, para imprimir en cualquier momento.
  • Control del equipo vía Web para que visualices en tiempo real el estado y configuración del equipo, o la posibilidad de bloquear funciones y limitar el número de páginas impresas por usuario.

Después de leer estas premisas… ¿aún te sigues preguntando si no necesitaré realmente un A3 en mi trabajo?

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