¿Sigue siendo la impresión en A3 un ‘must’ en las empresas?
La pandemia ha traído el teletrabajo y la flexibilidad, y con ellos una racionalización de los espacios. De hecho, según un informe realizado recientemente por Savanta1, el 70% de las empresas ya planeaba reducir sus instalaciones físicas a finales de 2020.
Los turnos de trabajo híbridos permiten ahora a los empleados elegir y trabajar desde casa, en la oficina o incluso en espacios de co-working más cercanos. Así pues, se espera que las empresas reduzcan su espacio de oficinas y en su lugar inviertan en espacios de oficinas satélites más pequeños, situados estratégicamente más cerca de donde viven los empleados, o simplemente permitan a los trabajadores trabajar desde casa.
Como resultado, las grandes sedes, ya sea en el centro de negocios de la ciudad o en las afueras, se convertirán gradualmente en algo más simbólico que funcional, y serán más una base cultural y distintiva de la empresa que un lugar que acoja a los trabajadores. Pero, por supuesto, todo ello debe contar con los recursos tecnológicos necesarios y de calidad para que la tarea pueda llevarse a cabo con eficacia y seguridad. Las redes seguras y los ordenadores son fundamentales, pero también las impresoras, todavía hoy imprescindibles en muchos puestos tanto como equipos de impresión en sí como de escaneado.
Imprimir mejor para ser más eficientes
Desde cartelería hasta etiquetas, pasando por multitud de documentos, facturas, nóminas, presentaciones, listados… tradicionalmente, las empresas grandes y medianas, y también muchas pequeñas, han estado utilizando grandes equipos de impresión multifunción, con capacidad para distintos formatos hasta el A3, que utilizaban profusamente y a diario. Hoy, muchos de esos equipos están infrautilizados y semiabandonados en esas oficinas de la nueva era que han pasado de decenas o cientos de empleados a unas plantillas más ajustadas y, también, deslocalizadas.
Precisamente a causa de esta deslocalización, también el formato de las reuniones ha cambiado. Ahora todavía muchas se siguen realizando mediante videollamada (un formato heredado de la pandemia que parece haber arraigado), otras han ido dando paso a un formato mixto donde algunos trabajadores tal vez sí están en la oficina, mientras que otros se conectan de manera virtual. Pero en todos esos casos, el uso de documentación, aún buena parte sobre el papel, sigue siendo fundamental, ya que tanto unos como otros necesitarán manejar y compartir documentos impresos que siguen siendo una importante ayuda para tomar decisiones, ya sea en la oficina o en casa, como apoyo para seguir las reuniones y compartir información o como base para argumentar.
Por otro lado, el escaneado, que ya era una funcionalidad clave en las oficinas, se convierte ahora en algo esencial para compartir toda la información impresa de manera que esté disponible tanto en la oficina como en el hogar, y para hacer envíos seguros y de calidad entre compañeros o con partners y proveedores. Y en este mismo sentido, no olvidemos la sostenibilidad, que empuja al mundo y a las empresas a soluciones más energéticamente eficientes y, también, con menos papel.
¿Quiere eso decir que ya no imprimimos? En absoluto, la impresión está más presente que nunca en estos nuevos modelos de trabajo híbrido. O, podemos decir, más bien las impresoras que, como equipos multifunción para labores de escaneado, son más necesarias que nunca. Todo apunta a una tendencia clara: las compañías deben racionalizar sus equipos, reciclar y sustituir los que ya no utilizan o a los que no sacan el máximo partido, y al mismo tiempo proveer a los empleados de las herramientas necesarias para que lleven a cabo su labor con seguridad y eficiencia.
¿Necesita tu empresa dispositivos A3? La tinta profesional puede ser la solución
Lo que sí es cierto es que aquellos grandes equipos que mencionábamos al principio pueden no ser los más eficientes para el nuevo panorama. La mayoría de las empresas que ha estado utilizando equipos A3 realmente imprime ya poco en este formato, aunque tal vez en su momento era la opción más económica para la generalidad de usos de la oficina y, aun hoy, lo normal es que el coste por página de estos equipos siga siendo pequeño. Sea como sea, el volumen de impresión ha descendido bastante en las oficinas (no necesariamente en el total de la empresa, con sus equipos domésticos más pequeños), y la inversión en estos equipos A3 ha de ser meditada para realmente cubrir las necesidades de la compañía.
Es hora de repensar la tecnología e imprimir en tamaños de la flota actual y ver si aún cubren la demanda de los grupos de trabajo. Incluso dentro de las grandes oficinas, es importante considerar que estos equipos más pequeños y modernos son, también, mucho más eficientes en cuanto a energía.
En cualquier caso, siempre habrá sectores donde este tamaño sea imprescindible incluso el más habitual, como los estudios de arquitectura o de diseño, por ejemplo. Pero incluso para ellos, que también se adaptan a estas nuevas formas de trabajar, tal vez es el momento de replantearse una flota mayor de equipos (en los domicilios o en estas deslocalizaciones). Y quienes imprimen pequeñas cantidades en A3 siempre podrán contar con las impresoras de tinta de Brother, de diferentes capacidades y formatos, como una solución muy eficiente y económica.
Mejor pequeño y eficiente que grande y poderoso… casi siempre. La clave es repensar y optimizar.
[1] Fuente: Savanta, Business Tracker – Wave 1 (October 2020) – 1.001 UK businesses
