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Cómo tener siempre a punto la impresora de etiquetas en el almacén

El hecho de que un almacén necesite un sistema de etiquetado eficiente, seguro y de calidad óptima no es ningún secreto. Etiquetas, por tanto, haberlas “haylas”. Siempre. La cuestión es, ¿son de la mejor calidad posible, tanto éstas como los equipos que las producen, de forma que se eviten costosos errores? Y más aún: ¿les estamos sacando el máximo partido?

La función de las etiquetas en el almacén es contener toda la información sobre los paquetes, productos o palés a los que identifican. Son ellas quienes indican el contenido, la procedencia y el destino; las que permiten la trazabilidad y la seguridad de los productos; las que lo llevan hasta la puerta del cliente correcto y en perfecto estado.

Siempre, claro, que no haya fallos. Porque los errores en el etiquetado cuestan muy caros. No solo se trata del ‘fastidio’ de que el producto se pierda o no llegue, sino también del coste económico –y en horas de trabajo del personal, lo que a la larga se traduce también en dinero- de buscarlo y reenviarlo. Y lo que es peor: la insatisfacción de un cliente que, si esos errores son recurrentes, puede dar al traste con la relación –más dinero potencial perdido-.

“Cuando la impresora de etiquetas falla o tiene un error, se interrumpe la operativa y eso impacta en los beneficios. Por eso, los principales requisitos para las impresoras de etiquetas industriales están relacionados con la durabilidad, la facilidad de uso, el soporte y la capacidad de conexión con aplicaciones críticas”, afirma David Krebs, Vicepresidente ejecutivo VDC Research, compañía consultora tecnológica e investigadora de mercado que ha realizado un informe sobre hábitos de impresión y tendencias en el sector logístico.

Impresoras siempre a punto

Para tener un sistema de etiquetado eficiente y con garantías, es fundamental, para empezar, contar con dispositivos de alta calidad, robustos y preparados para trabajar con altos volúmenes de impresión, como las soluciones Brother para el sector Transporte y Logística. Dentro de ellas, la serie de impresoras industriales TJ de Brother, o sus impresoras portátiles de la serie RJ con certificación IP54, que establece una protección extra contra la humedad y el polvo, así como resistencia a caídas desde 2,5 metros, que facilita flexibilizar los puntos de impresión dentro del almacén.

En cualquier caso, es importante utilizarlos de la mejor manera posible. Parece obvio, ¿verdad? Pero cuando hablamos de equipos que están funcionando casi 24/7 la presión es alta, puede que no se preste la debida atención a su mantenimiento o limpieza y que el propio desgaste natural de los elementos fungibles -como el cabezal de impresión y el rodillo- lleguen a hacer mella y se produzcan averías.

Desde Brother te damos los siguientes consejos para proteger y alargar al máximo la vida de estas impresoras y, por tanto, para rentabilizar al máximo el uso de las etiquetas:

  • Limpieza regular: El polvo y la suciedad en los cabezales puede afectar a la integridad de los datos (por ejemplo, que aparezca una línea blanca en la impresión de un código de barras que impida la legibilidad de los datos). Para evitarlo, se recomienda utilizar aire comprimido para quitar el polvo de la impresora y limpiar regularmente el cabezal de impresión con un bastoncillo impregnado con alcohol isopropílico o etanol.
  • Activar alertas de seguimiento: Si no podemos estar pendientes de esa limpieza, lo mejor es activar las alertas de seguimiento con las que cuentan la mayoría de los equipos industriales de hoy día. Podemos configurarlas para que nos avisen cada cierto tiempo o cada determinado volumen de impresión de que debemos limpiar el cabezal.
  • Elegir los soportes adecuados para cada equipo: Es importante garantizar que tanto las etiquetas como los ribbons tengan la calidad adecuada y estén diseñados para el equipo en el que se van a utilizar ya que, en caso contrario pueden provocar atascos, impresiones de calidad deficiente y hasta sobrecalentamiento del equipo. También cambiarlos siempre cuando se acaben o cuando estén a punto, para no forzar el equipo.

Por tanto, siempre es importante contar con una buena garantía y un plan de mantenimiento del fabricante que, en el caso de Brother, se extiende de serie a tres años para todos sus equipos, con la posibilidad de ampliarse a 5, a lo que se une un equipo de soporte técnico especializado tanto, preventa como postventa. Porque las averías pueden ocurrir, pero todo dura más y funciona mejor con un uso adecuado. 

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